viernes, 7 de junio de 2019

Lorca (Murcia)


Es la tercera población en importancia de la Región de Murcia tras Murcia y Cartagena, con 94 404 habitantes según INE 2019; de ellos, 60 914 habitantes corresponden al casco urbano.
Gracias a su denso patrimonio heráldico es también llamada «la ciudad de los cien escudos», nombre que le otorgó el antiguo alcalde José Antonio Gallego,​ mientras que de su nombre original (Eliocroca) toma el título de ciudad del sol. ​Su casco antiguo y el recinto del castillo,​ fueron declarados conjunto histórico-artístico el 5 de marzo del 1964,​ siendo el primero de la Región de Murcia con esta distinción.

Sin duda la denominación actual de Lorca procede de época árabe, cuando la medina era conocida como Lurqa. El significado de esta denominación sería "la batalla", probablemente porque fuera en esta ciudad donde se produjera el enfrentamiento entre las tropas cristianas de Teodomiro y las fuerzas árabes que invadieron la Península en el siglo VIII.

Vista de la Playa de Calnegre.

Río Luchena
Al norte se encuentra la cuenca alta de dicho río, formado por la unión de los ríos Corneros, Turrilla y Luchena en el pantano de Puentes, proveniente el primero de la comarca de Los Vélez y el resto de distintas sierras del municipio, como las del Gigante, la Culebrina y del Cambrón. Al sur aparecen las sierras prelitorales que separan al valle de la costa mediterránea, en donde el municipio de Lorca dispone de dos pedanías: Ramonete y Garrobillo.

Columna miliaria de la vía Augusta

Porche de San Antonio
Se trata de una puerta en recodo situado en el interior de una torre cúbica con unas dimensiones de 8'20 metros en su frontal y 5'30 m en la cara lateral donde se abre la puerta, típica de la arquitectura medieval islámica. De hecho, el porche actual fue reedificado entre el siglo XIII y principios del XIV, empleando como cimentación los restos de otro acceso en recodo de época islámica, de menores dimensiones.
Colegiata de San Patricio
La antigua colegiata de San Patricio de Lorca (aunque comúnmente sigue siendo llamada colegiata de San Patricio), es un edificio de estilo renacentista declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional por decreto del 27 de enero de 1941.
Las obras comenzaron, por bula del papa Clemente VII, en 1533 sobre la vieja iglesia de San Jorge. La construcción, no exenta de problemas, se dilató hasta 1780 siguiendo el proyecto de Jerónimo Quijano, maestro de las Obras del Obispado de Cartagena. Concebida con aires catedralicios, su interior se articula en tres naves, doce capillas laterales en los contrafuertes, coro y trascoro, girola con capillas radiales y torre-campanario en la cabecera. También es de destacar el elevado crucero.

Ayuntamiento
A pesar de la apariencia que tiene ahora, la casa consistorial no fue levantada de una sola vez. En el año 1674 un terremoto afectó gravemente a Lorca, dejando impracticable la cárcel pública. Es entonces cuando se decide levantar una nueva iniciándose las obras del ala sur del actual Ayuntamiento. Su fachada constaba de dos gruesos pilares entre los que irían colocados tres arcos de medio punto en cada una de las dos plantas, un modelo constructivo de filiación renacentista que ya sólo era utilizado en los claustros religiosos.

Estación de tren

Castillo de Lorca
El Castillo de Lorca es una fortaleza de origen medieval construida entre los siglos IX y XV. Comprende una serie de estructuras defensivas que, durante la Edad Media, convirtieron a la ciudad y a su fortaleza en un punto inexpugnable del sureste peninsular. El castillo de Lorca fue un bastión clave en las contiendas entre cristianos y musulmanes en la frontera de Granada. Se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural1​ y dentro de la delimitación del conjunto histórico-artístico de Lorca.

Por su extensión, 640 metros de largo por unos 120 metros en su punto más ancho, es uno de los castillos más grandes de España.
Bajo dominio islámico, el castillo de Lorca se convierte en una fortaleza inexpugnable por lo escarpado del cerro sobre el que se asienta. Su interior quedará compartimentado en dos mitades por el muro del Espaldón. En la parte occidental quedará la alcazaba propiamente dicha, mientras que en el sector oriental quedará el barrio de Alcalá de la medina musulmana.

De los muros del actual castillo partían por las laderas del cerro las murallas que abrazaban el resto de barrios, arrabales y zocos situados en la ladera del mismo.

Palacio de Guevara
Perteneciente al mayorazgo de los Guevara, se fue fortificando en un período largo de tiempo hasta adoptar su forma definitiva gracias a las reformas llevadas a cabo entre 1691 y 1705 por don Juan de Guevara García de Alcaraz, caballero de la Orden de Santiago desde 1689.

En 1691 se acaba la escalera principal y en 1694 está fechada la portada. Desconocido el nombre del tracista, aunque se han barajado los de Bussy o Caballero entre otros, lo que sí es claro es que se incorporó en ella el esquema típico de los retablos de columnas salomónicas de la época, sustituyendo las representaciones religiosas por la heráldica propia de la familia.

El edificio, que ha estado habitado hasta hace pocos años, fue restaurado en el año 1996 una vez que su última dueña, doña Concepción Sandoval, baronesa de Petrés y Mayals, descendiente de la familia Guevara lo donara al Ayuntamiento de Lorca con el deseo de que el Palacio de Guevara cumpliera la función de Museo.

Torre de La Torrecilla

Tras la llegada de los musulmanes a la Península Ibérica y la conquista de la zona, la ciudad de Lorca se estructuró según el típico esquema del mundo árabe, en el que se disponía un hism o castillo en un cerro fortificado, fuertemente amurallado y con edificios representativos como la mezquita, el alcázar, el aljibe y las dependencias para albergar a los militares. A sus pies se extendía la medina amurallada en las laderas adyacentes; y, por último, un arrabal fortificado situado extramuros, abarcando las zonas habitadas por artesanos y pequeños comerciantes.

Museo Arqueológico Municipal de Lorca en el Palacio de los Salazar-Rosso
El museo Arqueológico se encuentra ubicado en la rehabilitada Casa de los Salazar-Rosso (también conocida como Casa de los Moreno Rocafull). De autor desconocido, fue construida según unas fuentes en la segunda mital del siglo XVI,​ y según otras, a principios del siglo XVII.​ La obra fue encargada por dos familias de comerciantes genoveses residentes en la ciudad de Lorca de las cuales toma nombre el edificio.

El edificio fue concebido siguiendo los modelos italianos que durante esos años se aplicaban en la zona de Levante. La fachada está realizada en mampostería, y en ella destacan la sucesión de ventanas adinteladas y balcones coronados por frontones triangulares, así como la hermosísima portada labrada en piedra caliza y articulada en dos cuerpos. En el primero encontramos un vano de acceso adintelado flanqueado por dos pilastras de orden compuesto que sostienen un friso decorado con triglifos y metopas. Sobre este friso aparece un frontón curvo partido decorado con jarrones con motivos vegetales. El segundo cuerpo está presidido por el blasón familiar de María Natarello Salazar, flanqueado por dos esfinges compuestas por cabeza de hombre barbado, busto de mujer sin brazos y extremidades inferiores en forma de león. Sobre las cabezas aparecen dos volutas que recuerdan el orden jónico clásico. Las esfinges sostienen un nuevo frontón curvo partido, ahora de menores dimensiones, sobre el que aparece un relieve decorado con la cabeza de un león y un gran jarrón con flores.

Parador Nacional de Turismo


Monumento al procesionista. Óvalo
 Sta Paula
Escudo de Lorca
En campo de azur, en el escudo aparece un castillo, que hace referencia al Castillo de Lorca. Encima de este la figura del Rey Alfonso X "El Sabio" armada con una espada en la mano derecha, simbolizando el medio de defensa de la ciudad ante los enemigos y en la izquierda sosteniendo la llave de la ciudad, ambas de oro. A la derecha del castillo hay en vertical una espada, de oro, y a la izquierda también en vertical una llave, asimismo de oro. Encima del escudo aparece una corona.​ Alrededor del escudo aparece el lema de la ciudad en latín:
"Lorca solum gratum, castrum super astra locatum, ensis minans pravis, regni tutissima clavis"
"Lorca, de suelo grato y castillos encumbrados, espada contra malvados y del Reino segura llave".

PRIMER ESCUDO




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Edad del Bronce
En el cerro del Castillo y bajo el casco urbano está documentada la existencia de restos de una población de la cultura de El Argar. Junto a estos vestigios hay repartidos por el término municipal importantes evidencias de poblamientos de la cultura argárica de carácter rural, como los poblados de Los Cipreses, Cerro de Las Viñas en Coy o El Rincón de Almendricos.

Edad Antigua
Ya en el periodo romano encontramos el asentamiento denominado Eliocroca, recogido en el Itinerario de Antonino y situado en plena Vía Augusta. En el Bajo Imperio la actual Lorca se convertirá en una población de la Cartaginense, un asentamiento agrícola en el que predominarán las villae. Con la romanización, Eliocroca fue sufriendo una progresiva cristianización, y ya en el año 301 dos representantes de la diócesis lorquina acudieron al Concilio de Elvira, en Granada.

Edad Media
De la Lorca visigoda apenas tenemos noticias. En el 713 se firma el Pacto de Teodomiro (Tudmir), donde ya aparece el topónimo de Lurqa, y por el que la población pasa a integrarse en este territorio, junto con otras seis ciudades. En las décadas de transición entre los siglos VIII y IX, Lorca desplazó a Orihuela como capital de la cora de Tudmir, ante su localización en la ruta hacia el sur y por la abundancia de asentamientos árabes en todo el valle del Guadalentín, los cuales habían transformado a esta comarca en un territorio fuertemente islamizado frente al resto de Tudmir.20​ Situación que se mantendrá hasta la reorganización del estado musulmán llevada a cabo por Abd al-Rahman II, que convirtió a Murcia en nueva capital administrativa de la cora, aunque Lorca mantendrá su primacía como centro económico hasta el siglo X.
Tras la desmembración del califato y la formación de los reinos de Taifas, la Taifa de Lorca sería una de las que aparecieron durante esta primera etapa, pasando posteriormente a depender de la Taifa de Murcia.

El Tratado de Alcaraz de 1243 estableció el protectorado de la Corona de Castilla sobre la Taifa de Murcia «... con la cibdad de Murcia e todos sus castillos que son desde Alicante fasta Lorca e fasta Chinchilla...», siendo rey de Castilla y León Fernando III. Su hijo y heredero, el infante Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio, conquistará Lorca en 1244 (la torre del homenaje de la fortaleza de Lorca se llama Alfonsina en honor al rey castellano) ya que las élites musulmanas lorquinas no aceptaron las capitulaciones de Alcaraz, aunque tras el asedio del infante firmaron un acuerdo que replicaba el anterior, cediendo el castillo a los castellanos.​ En aquel momento, la ciudad continuará, como en época árabe, su papel de cabeza de una rica comarca agrícola y de importante actividad artesanal, pero la frontera frente a los territorios nazaríes situados al occidente de Lorca dificultará el desarrollo económico.

Durante la Baja Edad Media, Lorca fue una peligrosa ciudad fronteriza, punta de lanza del cristiano Reino de Murcia (perteneciente a la corona castellana) frente al Reino nazarí de Granada. Así, Lorca va a ser la llave del Reino, pero también la base de partida para incursiones a territorio enemigo. Será la batalla de Los Alporchones, en 1452, la que dé fin a los enfrentamientos en la frontera lorquina durante el reinado de Juan II, quien diez años antes concedió a Lorca el título de noble ciudad.​

El Renacimiento
Concluida la Guerra de Granada y desaparecido el peligro musulmán, la ciudad cambia de fisonomía saliendo de sus murallas y expandiéndose hacia el valle; se llevarán a cabo reformas urbanísticas y se desarrollará el comercio y la explotación del campo de forma continuada. Las numerosas obras públicas que se efectuaron atrajeron a obreros y canteros de otros lugares, produciéndose una considerable corriente de inmigración que aumentó la población hasta los 8.000 habitantes, siendo la segunda ciudad más poblada del Reino de Murcia.

Entre las nuevas construcciones destaca la Colegiata de San Patricio, erigida en 1553, que será el centro religioso de la ciudad, pero también numerosos conventos como los de la Merced, Santo Domingo y San Francisco.

Con el siglo XVII, Lorca se va configurando como una urbe moderna, pero no descuida sus posiciones defensivas, sobre todo en la costa, ya que el peligro turco y berberisco amenazaba continuamente el litoral, sembrando la desolación y cautivando a los habitantes de la zona.
Este siglo será testigo de la expulsión de los moriscos, la epidemia de peste, en la que murió la mitad de la población, y las sequías y las plagas de langosta. Pese a ello, a partir de 1660 se inicia un despegue espectacular y asistimos a su recuperación. Muestra de ello es la construcción de nuevos edificios entre los que destaca el Palacio de Guevara.

El siglo XVIII tiene una importancia vital para la ciudad, al ser una de las comarcas favorecidas por el Reformismo Borbónico. Lorca se configura como una ciudad moderna, perdiendo sus caracteres medievales. La población crece, se extiende y se instala en los barrios periféricos de San Cristóbal y San José. La muralla desaparece, lo que es indicativo de mayor seguridad. El comercio de la barrilla hace que se instalen en Lorca y en el puerto de Águilas importantes casas de comercio, lo que desarrollará la burocracia y el funcionariado, y un buen número de obras públicas, convirtiéndose la ciudad en refugio de pintores, escultores y grabadores que despliegan en ella su actividad artística.

A comienzos del siglo XIX contará con un modelo socioeconómico que será el de una comunidad preindustrial caracterizada por el predominio del sector primario y el fuerte aumento de la población. Pero la rotura del Pantano de Puentes el 30 de abril de 1802 (destruyendo la parte baja de la ciudad, la llamada Puerta de San Ginés y casi todo el arrabal de San Cristóbal), la Guerra de la Independencia y las epidemias de fiebre amarilla, así como las pertinaces sequías en tiempos de la Regencia de Espartero, trajeron consigo el hambre y la emigración de más de doce mil personas. Además, la desaparición del comercio de la barrilla privó a la comarca de uno de sus más saneados ingresos.

En este siglo el término municipal de Lorca va a sufrir considerables variaciones: si al comienzo de la centuria engloba los municipios de Águilas, Puerto-Lumbreras y parte del de Mazarrón, al concluir el siglo se configura con la misma extensión que posee en la actualidad. En 1865 llegará a Lorca la primera máquina de vapor, reflejo del desarrollo industrial que experimentó la ciudad.

Otro hecho relevante de estos años fue la llegada del ferrocarril, que permitirá la conexión de Lorca con otras regiones españolas a través de este medio de comunicación. En 1885 se inauguró la línea Alcantarilla-Lorca,24​ seguida por la conexión con Almendricos y Águilas cinco años más tarde y la línea Lorca-Baza en 1894.25​ Todas ellas van a suponer la integración de la comarca en el mercado nacional, posibilitando el movimiento de los minerales de los yacimientos litorales y de las minas de azufre y manganeso del interior. Durante muchos años Lorca llegó a tener dos estaciones de ferrocarril, San Diego y Sutullena, que en realidad pertenecían a dos compañías distintas. La de San Diego era la terminal de la línea Alcantarilla-Lorca mientras que la de Sutullena era la cabecera del ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas. Dentro del término municipal existía otra estación, la de Almendricos, que constituía un nudo ferroviario donde se bifurcaban las líneas Lorca-Baza y Almendricos-Águilas.

La Restauración lleva aparejada un periodo de prosperidad y de calma política; la ciudad se embellecerá con las glorietas de San Vicente, del Teatro y Colón, con la construcción del Casino Artístico y Literario en 1885, del Teatro Guerra en 1861, de la Plaza de Toros en 1892, etc.

El siglo XX
A comienzos de siglo XX la intensa explotación de los yacimientos mineros de la zona litoral que vino a reforzar la vida económica de la comarca entraría en franca decadencia, algo que a partir de 1920 sería ya irreversible, con un brusco descenso poblacional. La Guerra Civil va a traer consigo paradójicamente el inicio de la recuperación demográfica, aunque desde 1950 se producirá un estancamiento como consecuencia de la emigración a otras zonas del país.

El 19 de octubre de 1973, Lorca, junto con Puerto Lumbreras, sufrió unas terribles inundaciones que provocaron más de 50 muertos. Tras esta riada se inauguró el hospital comarcal Santa Rosa de Lima, que se cerraría tras la inauguración en el año 1990 del nuevo Hospital Comarcal Rafael Méndez.

A partir de la década de 1980 y sobre todo los 90, Lorca ha vivido una gran expansión: los curtidos, la alfarería, el cemento, las chacinerías y sobre todo la agricultura industrial constituyen las principales actividades económicas del municipio, a las que están adscritas un importante porcentaje de la población.

El siglo XX ha significado para Lorca, en definitiva, el progreso, el despegue tecnológico, el cambio lento y paulatino de las estructuras sociales, la especialización de los sectores productivos, etc.

El 29 de enero de 2005 se produjo un terremoto de 4,6 grados en la escala de Richter con epicentro en las pedanías de La Paca (1068 habitantes en 2005) y Zarcilla de Ramos (1077 habitantes en 2005), que provocaron diversos daños materiales, sobre todo en la estructura de diversos edificios, tanto en las ya citadas pedanías como en Avilés, Coy, Doña Inés, Don Gonzalo, El Pardo, La Canaleja y Zarzadilla de Totana. En estos últimos años la ciudad de Lorca crece y se expande comenzando a rozar los 90 000 habitantes. También se restauran y ponen en valor monumentos como el Huerto Ruano o el Porche de San Antonio ya en el año 2007.

En 2008 el Consejo de Europa distinguió a la ciudad con el Diploma de Honor de los Premios Europa, que se concede anualmente.26​

Terremoto de 2011
El 11 de mayo de 2011 dos terremotos sacudieron Lorca, dejando nueve muertos y cerca de trescientos heridos. El primer seísmo, de magnitud 4,5, se produjo sobre las 17:05 horas y pudo sentirse en gran parte de la Región de Murcia como Cartagena, Águilas, Murcia, Mazarrón, Alhama de Murcia e incluso en numerosos municipios de Albacete, Jaén (incluida la capital y Andújar), Almería y Alicante.

Se calcula que el hipocentro del movimiento sísmico se situó a menos de 10 kilómetros de profundidad, bajo la pedanía lorquina de La Hoya, según declaró el alcalde de este municipio, Francisco Jódar, quien señaló que en el casco urbano se registraron caídas de losas, vigas, techos, paredes y cornisas. Tras este primer movimiento, el Centro de Coordinación de Emergencias (112) recibió cientos de llamadas.

Un segundo seísmo se registró a las 18:47 horas, en este caso de magnitud 5,2, a menos de 500 metros de profundidad. Diferentes edificios sufrieron daños, como el campanario de la iglesia de San Diego, el crucero principal de la iglesia de Santiago, el campanario de la iglesia de la Virgen de las Huertas y la torre del Espolón del histórico castillo, que se desplomaron de forma espectacular. La nueva caída de techos, cornisas y demás elementos de la construcción pudo ser la que provocó las víctimas mortales, así como el aplastamiento de numerosos vehículos. Este terremoto se sintió en todas las zonas colindantes a la Región de Murcia e incluso llegó hasta la Comunidad de Madrid.

Cerca de 10 000 personas fueron evacuadas, y unas 30 000 pasaron la noche en la calle. Fue el terremoto más destructor en España de los últimos 55 años. Se calcula que el 80 % de los edificios quedaron dañados en mayor o menor medida.27​ Como consecuencia de los seísmos del 11 de mayo se llevó a cabo el derribo de 1164 viviendas y 45 almacenes hasta el mes de septiembre de 2011.


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